Hace muchos años, cuando aún era adolescente, mi Maestra me recriminó en medio de una conversación. Era la primera ocasión que la noté seria y preocupada, casi malhumorada.
Yo le comentaba extasiado y emocionado (como buen principiante) que había realizado una lectura de tabaco y una limpieza a pedido de un amigo muy cercano.
Mientras le explicaba los pormenores del proceso (el cual fue particularmente grave y complicado) y los resultados que obtuve con las limpias que hice, mi maestra, con mirada acusadora, me preguntó si había recibido algo a cambio de esa lectura y trabajo.
- ¿Recibir algo? ¡Pero si es mi amigo! ¿Cómo le voy a cobrar? – Acusé de inmediato.
Ella, con su eterna sabiduría y sus palabras suaves, me pidió que la escuche atentamente.
- Cuando realizas un trabajo energético, sea una lectura, un ritual, una limpieza o lo que hayas decidido poner en práctica, deberás cobrar algo, así sea un caramelo, así sea una moneda de un centavo, pero que te den algo a cambio.
Yo no lo lograba entender. Seguía indicándole que era un obsequio, que me había salido del corazón ayudar a ese amigo. A lo que ella respondió:
- Cuando hacemos algo, generamos energía, esas acciones, esos objetos, tienen energía. Si tú entregas esa energía gratuitamente, esa otra persona tendrá ahora tu energía y tú estarás con un déficit. Todo debe estar en equilibrio, nunca entregues nada que otro no pueda retribuir con la misma energía. No te hablo de dinero per se, pueden ser favores, acciones, cualquier otra cosa, pero siempre debe haber un intercambio justo para mantener la balanza de energía -.
Pasaron los años y fui comprendiendo mejor lo que mi Maestra me comentó, y no solo eso, sino que descubrí que hay una gran cantidad de situaciones y de pensamientos, de costumbres que uno considera alentadoras o de “provecho”, cuando en realidad son síntomas muy graves de carencia y de deuda energética.
Por ejemplo, quienes piden más descuentos de los que están establecidos, los que regatean los precios, los que se quejan de “lo caro que está esto”, los que pagan por partes o piden fiado, los que buscan siempre lo más barato (a pesar que no les llega a gustar completamente lo que adquieren), los que minimizan el trabajo de otros diciendo “este servicio no cuesta así, es muy caro”, los que solamente compran cuando hay descuentos a pesar que necesitan ese servicio o producto urgentemente.
Conozco personas que se ufanan en ser grandes regateadores, muchas otras personas que siempre piden descuentos, obsequios, que siempre están preguntando qué más pueden obtener gratuitamente o a precio rebajado; muchas otras insisten en obtener más por menos, a pesar que no es algo que esté estipulado en la transacción.
Lamentablemente estas personas siempre estarán ligados a problemas de carencia, deudas, robos, banca rota, pérdida de dinero o desgracias cercanas, incluso existirán problemas de salud.
¿Te has preguntado por qué tenemos estas crisis económicas personales, familiares? ¿Te has preguntado por qué nuestro país, nuestra región, siempre está en crisis económica? Las respuestas las encontramos en esta cultura errónea de deuda energética, donde los favores no se pagan y los intercambios de trabajo o de productos, se negocian y regatean.
A propósito de este pasaje de aprendizaje con mi Maestra, el día de hoy me encontré con un texto que escribió un gran amigo, un gran brujo y una persona de cualidades excepcionales y sabiduría eterna: el Maestro Ángel Espinoza.
Es un placer compartirles su reflexión:
¿QUIERES TODO GRATIS? ERES DEUDOR ENERGÉTICO.
Hay personas que constantemente piden o tienen en su mente que los servicios tienen que ser gratuitos, porque eres su amigo, familia, etc.
Estas personas que reciben la energía gratuita y no dan nada a cambio quedarán en deuda (están generándose deuda kármica).
Creen que salen beneficiadas por obtener el servicio gratuito, pero no están aplicando la ley universal en donde debes dar para recibir. Y a la vez la persona que te hizo ese favor quedará en déficit.
La persona que recibió gratis se convierte en deudora del universo sin saberlo, y empezará a deber en el plano energético.
Puede pasar que esta persona atraiga a su vida diversas situaciones en donde de alguna manera devolverá el pago y restablecerá el orden natural de dar y recibir. Aparecerán varios gastos en su vida, gastos que no estaban previstos.
Puede que tenga que pagar una multa, o se le romperán cosas como el auto, electrodomésticos, etc., que le costará dinero arreglar, o le robarán algo o perderá dinero de alguna manera.
El Universo se cobrará esa deuda que no quiso pagar y obtuvo gratis para volver a establecer el equilibrio.
La persona que no cobra por su trabajo, empezará a atraer situaciones en las que nadie le devuelve energía por sus servicios.
El Universo tiene sus normas.
Si puedes pagar un producto, hazlo.
Si no puedes pagarlo con dinero busca otra forma de hacerlo, de esta manera estarás cerrando la energía.
Muchas veces dices "el dinero como ingresa se me va en gastos que no esperaba, termino pagando más de la cuenta, no sé qué pasa", pues lo que pasa es que eres un deudor energético y el universo tratará de volver a encontrar ese equilibrio.
Créditos al Autor: Maestro Ángel Espinoza.
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